El Parque Nacional del Teide es el lugar que más identifica
a Tenerife. Fue declarado Patrimonio Mundial de la Humanidad por la Unesco en
2007, con la categoría de Bien Natural, es Diploma Europeo por el Consejo de
Europa y forma parte de los Lugares Red Natura 2000. Cuenta además con una Zona
Periférica de Protección.
Es la más completa muestra de vegetación de piso
supramediterráneo que existe, y constituye una de las manifestaciones más
espectaculares de vulcanismo en todo el mundo, siendo la más destacada de Canarias.
Las Cañadas del Teide forman una gigantesca caldera de unos
17 kilómetros de diámetro, sobre la que se asienta el Pico del Teide, de 3.718
metros, que supone la mayor altura de España y el tercer volcán más alto del
mundo.
Desde el punto de vista geomorfológico, la estructura de la
caldera y el estratovolcán Teide-Pico-Viejo son únicos en el planeta. Los
cientos de conos, coladas o cuevas con las que cuenta, forman un bello enclave
paisajístico. A ello se añaden su riqueza de fauna y flora, con una gran
cantidad de endemismos canarios y especies exclusivas del parque.
La flora de esta zona es única, debido a las especiales características
que ofrece el lugar. Algunos de los más importantes son, el maravilloso
tajinaste rojo (que puede llegar a medir 3 metros de altura y que presenta
miles de minúsculas flores de un rojo intenso), y la violeta del Teide (emblema
y orgullo del Parque, que sólo se encuentra por encima de los 2.500 metros de
altitud, y que no es sencilla de encontrar).
Si el paisaje y la vegetación son de otro planeta, la fauna
no se queda atrás, sobre todo en los animales más pequeños. Gran parte de los
insectos que aquí habitan, no son visibles en ningún otro lugar. También hay
reptiles únicos, como el lagarto tizón, el perenquén o la lisa. En cuanto a los
pájaros, es fácil avistar cernícalos, alcaudones reales y algunas especies
endémicas como el pinzón azul. También hay que destacar la presencia de un
mamífero notable, el muflón de Córcega, que se trata de una especie introducida
por el hombre, y que es muy huidiza ante la presencia humana, no obstante, los
responsables del Parque Nacional los están intentando erradicar, pues son
ejemplares de una especie introducida que causa daños a la flora del Teide.
El parque se creó en 1954, reconociendo su singularidad
volcánica y biológica. Su extensión es de casi 19.000 hectáreas, siendo el
mayor y más antiguo de todos los Parques Nacionales de las Islas Canarias.
Es un entorno único, donde se dan las condiciones necesarias para que se desarrolle y perviva la naturaleza, tal y como ha llegado a nuestros días.
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