El Parque Nacional de las Tablas de Daimiel, tiene una
superficie total de 3.030 hectáreas, y además de la declaración de Parque
Nacional, cuenta con otros más reconocimientos internacionales, como ser
Reserva de la Biosfera (1981), Humedal de Importancia Internacional por el
Convenio de Ramsar (1982), o ZEPA (1988).
Las Tablas de Daimiel, son un humedal prácticamente único en
Europa, y el último representante del ecosistema de tablas fluviales, muy
característico antiguamente de la llanura central de la Península Ibérica. Es
un ecosistema complejo, que mezcla las características de una llanura de
inundación (producida por desbordamientos de los ríos Guadiana y Gigüela en su
confluencia), con la de un área de descarga de aguas subterráneas (que proceden
de un gran acuífero).
Los desbordamientos, favorecidos por la escasez de pendiente
en el terreno, llevan emparejados el desarrollo de una característica cubierta
vegetal, que constituye un excepcional hábitat para la fauna ligada al medio
acuático.
Con la declaración del Parque Nacional en 1973, se conservó
uno de los ecosistemas más valiosos de la Mancha, asegurando la supervivencia
de la avifauna que aquí inverna (pato cuchara, cerceta común, garza real) y
nidifica (pato colorado, porrón europeo, garza imperial, garceta común,
garcilla bueyera y cangrejera, martinete, avetoro, avetorillo, somormujo
lavanco, zampullín, fumarel), creando así una Zona Integral de aves acuáticas.
Existen también especies sedentarias, que pueden verse durante todo el año,
como el ánade azulón o el aguilucho lagunero. Los anfibios que mejor
caracterizan este espacio, son la rana común, la ranita de San Antonio, el
gallipato y el sapillo moteado. También se encuentran especies autóctonas de
peces, como el cacho, el calandino y la colmilleja. Entre los reptiles destacan
los galápagos europeo y leproso, las culebras de agua, y la culebra bastarda. Los
mamíferos más representativos son la nutria, el zorro, el jabalí, el conejo y
el tejón. En definitiva, es un hábitat excepcional para la avifauna.
En cuanto a la flora, está condicionada por distintos
factores, como la estacionalidad de las aguas, la salinidad, o la materia
orgánica. Entre las formaciones más características del Parque Nacional,
destaca la masiega (probablemente, el mayor masegar de Europa occidental).
También son importantes las “ovas”, unas plantas subacuáticas que tapizan el
fondo de Las Tablas, y que constituyen una fuente alimenticia de primer orden
para la avifauna del medio acuático. Los tarayes, son los únicos árboles que
existen en el interior del Parque, por su adaptación parcial al agua y su grado
de salinidad, por lo que han vuelto a ocupar sus hábitats primitivos, rodeando
las islas e iniciando la formación de un cinturón alrededor del espacio
protegido. Otras plantas, como la enea, empiezan a recuperar su sitio tras
haber mantenido una dura batalla con especies como el carrizo, que a
consecuencia de la mayor escasez y cortedad de los actuales periodos de
inundación, adoptó un comportamiento invasor, y provocó el desplazamiento del
resto de comunidades vegetales, incluida la masiega.
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